27 febbraio 2010

El Consejo de Castas y el “Obsceno”

por Pino Cabras - Megachip.



Las señales ya eran muchas, pero el escándalo de Fastweb, que se añade al de Bertolaso (Jefe de la Protección Civil italiana que está siendo investigado por haber favorecido, supuestamente, a algunos empresarios en la concesión de obras públicas a cambio de favores), es una señal aún más fuerte, por como revela la imposibilidad de distinguir – en el seno de las clases dirigentes italianas – entre empresarios corsarios, mafias

que se están expandiendo financieramente, políticos y administración pública. Es un único enredo que sale de el “Obsceno”, es decir desde el “detrás de escena”, desde lo oculto. Así se hincha la turbina que arrasará la Segunda República.

Un poder que no se veía, que no se sentía, que no se tocaba, que muchos no querían ni siquiera contar, pero que ahora ya no podrán ignorar.
Sin embargo por ahora no nace una rebelión moral “espontánea”, no puede nacer del desierto de la política de estos años, la cual ha hecho evaporar los partidos. Si ahora se siente el escándalo y si dentro de poco provocará movimientos, será “mérito” de la Gran Crisis económica y financiera, que seguramente traerá perjuicios a la sociedad, a clases sociales enteras, a los territorios más débiles del País, pero también golpeará al poder, a sus relaciones, a lo que une el clientelismo y el robar.

También Tangentopoli ("Ciudad del soborno": Milán), surgió en un momento de un fuerte desbande económico. Como dice el economista Joseph Stiglitz “siempre es verdad que cualquier cosa que sea insostenible no permanecerá sostenible para siempre”. La etapa terminal de la Segunda República es una de las cosas insostenibles.

La de Stiglitz es una regla de valor general. En cada país, no solo en Italia, el “Obsceno” vuelve a la escena, a pesar de los intentos extremos de atrasar la rendición de cuentas.

Los Estados se han desangrado para tratar de postergar los efectos de la crisis, pero los resultados se prevén destructivos. Trillones de dólares creados de la nada han ralentizado el enroscarse “sistemático” de la crisis financiera global, pero se trata de una prórroga que tendrá costos inmensos, dado que no se ha resuelto ningún problema estructural. Ciertamente esos remedios no son repetibles. La crisis se descongela y chorrea. La burbuja del déficit está lista para estallar y lo hará convirtiendo a los Estados incapaces de cumplir con muchos de sus deberes.

Esos locos que parrafean de una crisis que ya quedó tras sus espaldas, comenzarán a enmudecer, cuando los ojos y los raid especulativos apunten hacia los Estados próximos a fracasar, cuando vean alzarse las tasas de desempleo, cuando se delinee el final de los amortiguadores sociales para millones de familias, cuando sea evidente la caída repentina de la prestación de servicios públicos, incluso aquellos más consolidados, cuando las castas militares-empresarias sean las únicas que prosperen, en medio de la incapacidad de crear opciones creíbles de gobernación planetaria. Todas tendencias que de hecho ya están en curso.

Los bancos – de un lado y del otro del Atlántico – recomenzaron su carrera, pero esta será más corta, frente a los próximos vencimientos de la enorme burbuja de la deuda.

Lo sucedido en Grecia es una muestra fundamental para tratar de entender lo que nos espera a todos. Pero ahora es difícil comprender por qué las noticias filtradas por la mayor parte de los órganos de información del mainstream miente. Si no fuese así ninguno osaría decir todavía que “lo peor ya pasó”.

En Italia la burbuja de propaganda del gobierno berlusconiano – que de hecho ha cooptado a gran parte de la supuesta oposición – ha podido mantenerse corrompiendo el balance. Pero la conocemos, no es necesario de insistir demasiado sobre este punto.

No es un problema meramente local. Por cualquier lado la propaganda de los gobiernos ha manipulado y dominado más allá de toda racionalidad, la interpretación de los datos de la Gran Crisis. ¿Cómo funciona esta extraña propaganda?

El grupo de analistas de “Europe2020” hace notar por ejemplo que Barack Obama hizo su usual papelón retórico cuando declaró su férrea intención de “reducir la dependencia americana de la deuda”, pero lo hizo mientras autorizaba un aumento sin precedentes del techo de la deuda (de 1,9 billones de dólares a 14,3 millones de dólares). Una diferencia absurda entre lo dicho y lo hecho: pero esto es la marca de fábrica de Obama en todo campo. ¿Funciona? Más o menos. El imprinting informativo dura, pero mientras tanto Obama es muy poco popular.

¿Y qué decir entonces de Nicolas Sarkozy, quien nada menos “prevé” una caída de la desocupación francesa? La realidad es que el enigma para las relaciones industriales de más allá de los Alpes es simplemente terrible: cómo manejar un millón de personas que en el 2010 ya no tendrán más subsidios sociales debido a la pérdida de puestos de trabajos. Y también Sarko es poco popular.

Incluso en Gran Bretaña la verdadera realidad todavía no ha llamado bien a la puerta a nivel social. El hecho es que en mayo hay elecciones. Hoy, mientras los periódicos de la City le critican el Euro por la crisis griega, ocultan el hecho de que en Londres se está incubando una crisis 10 veces más catastrófica. Con las urnas abiertas, o incluso antes, el “Obsceno” aparecerá nuevamente en escena, también allí.

China, para ahogar sus contradicciones, grandes como un continente, ha aumentado en otro 10% la torta de su PBI en el lapso de un año, pero ha inflado una burbuja de crédito dificilísima de controlar, específicamente en el sector inmobiliario, mientras se delinea una clásica crisis de superproducción. Sin embargo el “detrás de escena” es una realidad más dinámica en Pekín.

¿Entonces qué esconden los ruidillos italianos, además de un país en declive? ¿Qué es lo que anuncia la dramática crisis griega?

En realidad son manifestaciones de una crisis sistemática más vasta. Son los árboles que esconden una selva de deudas mucho más peligrosas (en Estados Unidos y el Reino Unido) y además son el primer paso de una etapa decreciente de la economía mundial guiada por los Estados Unidos.
Los líderes del club anglosajón y sus medios de comunicación tratan de debilitar el atractivo de la zona euro, en un momento en que Estados Unidos y el Reino Unido tienen cada vez más dificultades para atraer capitales sin los cuales quebrarían, visto el sustrato espantosamente deteriorado de sus economías.

Esperan – aquí están los dos pájaros con un tiro – que el Fondo Monetario Internacional, en sus manos, logre hacer algo en la Eurozona, donde hasta ahora no han tomado pie. Quizás lo logren con un viejo asset de Goldman Sachs como Mario Draghi.

Cada casta buscará un camino de salida, o una fuga hacia el futuro, siguiendo las ideologías y las relaciones sociales y de poder que la sostienen. En Italia, la Casta gelatinosa parece estar en crisis. Berlusconi todavía mete en el campo la opción peduista de la subversión constitucional. Por lo tanto es peligroso y hay que detenerlo.

Por otras partes las insidias son diferentes. Crecen las tensiones de fondo del gran juego que desde Medio Oriente lleva a la China. Es decir crecen las chances para las castas militaristas. El aumento de la tensión retórica alrededor de Irán va en esa dirección. El riesgo de fondo de una guerra de grandes dimensiones, se prepara madrigueras cada vez más cómodas. Y también este peligro debe ser detenido.


(25 de Febrero de 2010)

Versión italiana del artículo: aquí.

Traducción en español por Maria José Lastra.

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