2 gennaio 2010

Las falsas pistas terroristas y las nuevas guerras

por Pino Cabras - Megachip.

Son muchos los elementos que no cuadran, en ocasión del hecho del nigeriano que quería hacer explotar el avión sobre el Atlántico. Las autoridades políticas y los altos nombres del periodismo tienen las respuestas listas. Pero nosotros tendremos que hacer las preguntas que ellos no quieren hacer.

¿El atentado se desarrolló de la forma que dicen? ¿De veras existe una nueva amenaza de al-Qaeda?

Es siempre fuerte la presencia mediática del fantasma de al-Qaeda. Así alimenta una perenne sensación de espera por algún acontecimiento que recuerde la gran representación del 11/9. El impulso original de ese trauma, nace de acontecimientos modestísimos de por sí, pero agigantados inmediatamente hasta la histeria. Un joven nigeriano de 23 años, de buena familia, Umar Farouk Abdul Mutallab, que sobre la ruta aérea de Amsterdam-Detroit, intenta hacer estallar el avión gracias a un mecanismo sujeto a su perineo. El atentado no resulta y él se quema. Una vez capturado declara pertenecer a al-Qaeda y haber sido adiestrado en Yemen. Hasta aquí los medios masivos de todo el mundo.

Pero es imposible ignorar las declaraciones de dos pasajeros – los abogados Kurt y Lori Haskell, marido y mujer – que se hacen testigos de un relato sorprendente para el periódico de Detroit MLive.com. Incluso la CNN y otros medios se despiertan a éste punto y van a entrevistarles.

Nuestros periódicos y noticieros en cambio siguen durmiendo su sueño comandado.


Kurt Haskell declara haber visto a Mutallab aproximarse a la puerta de embarque junto a un hombre no identificado. Mientras que Mutallab estaba mal vestido, el otro, un hindú de alrededor de 50 años, era elegante y lucía un costoso traje. Haskell escuchó claramente, mientras preguntaba a los agentes que recogían las tarjetas de embarque, si Mutallab podía embarcar sin pasaporte. El tipo les dijo: “Es de Sudan, nosotros lo hacemos cada vez”.

¿Nosotros quien?

Los Haskell suponen que señor elegante tratase de obtener clemencia para el viajero sin pasaporte, pintándolo como un refugiado sudanés.

A ninguno de los lectores le habrá sucedido nunca poder hacer un viaje intercontinental sin tener el pasaporte en regla. ¿Recordais cuando Alberto Tomba fue denunciado porque – de frente al rechazo de dejarlo partir, a pesar de la fama de campeón deportivo – tontamente había intentado falsificar los datos de su pasaporte vencido?

En este caso, en cambio, un presunto sudanés desconocido, proveniente de un país inserto entre los “rogues states”, los estados canallas, un país acusado desde siempre de alojar fantasmales bases de al-Qaeda, logra embarcarse sin documentos. La historia tiene un tufo bien más mefítico que una genérica “falla en los sistemas de seguridad.”

El matrimonio Haskell declara que los empleados dirigen a Mutallab y su ángel de la guarda con corbata hacia su superior, en el fondo de la sala. Kurt Haskell pierde de vista a Mutallab y lo vuelve a ver solo “después de que se presume que haya intentado detonar el explosivo a bordo del avión”, pocos minutos antes de aterrizar en Detroit.

¿Qué sucedió mientras tanto? Ni os espereis una respuesta del periodista Vittorio Zucconi publicada en el diario la “Repubblica”. Tendrá que ocuparse de los diarios que hablan de la depresión del terrorista africano.

No pudiendo contar con los medios masivos italianos, tenemos que ir hasta Milwakee, para saber de algunos otros testigos oculares. Patricia "Scotty" Keepman y su hija, quienes declaran al noticiero de la radio 620 WTMJ un hecho de veras singular. Relatan que “delante de ellas había un hombre que había filmado con una videocámara todo el vuelo, incluido el intento de detonación.” Incluso en aquel momento concitado, el imperturbable camarógrafo “se sentó y filmó absolutamente todo, totalmente calmo”, relata Patricia.

Además de Mutallab, por lo tanto ya tenemos dos sujetos extra, que se interesan en sus acciones, el distinguido persuasor hindú y el impasible stakanov del videotape. ¿Quiénes son éstos?

Sabemos que Mutallab pasó incluso por el aeropuerto de Lagos, antes de volar para Ámsterdam. Sobre las características de ese aeropuerto – además localizado en un país con focos de guerra civil con base religiosa- nos llega una sorprendente revelación del periódico británico “Telegraph”: el aeropuerto de Lagos ha obtenido recientemente la certificación “all clear”, por parte de la US Transportation Security Administration, una agencia creada después de los atentados del 11 de septiembre, para mejorar la seguridad de los vuelos de línea americanos”. ¿Cuales otros aeropuertos son “all clear” y cuáles no? ¿Sobre qué bases?

Por un lado parece que Mutallab estuviera en la lista antiterrorismo, pero no en la de las personas que no podían volar”, recuerda Magnus Ranstorp, del Centro de estudios sueco sobre las Amenazas Asimétricas. “Todo esto no cuadra porque el Departamento de los Estados Unidos de Seguridad Interna tiene sus medios persuasivos de data-mining. No entiendo cómo pudiese tener un visado válido, siendo bien conocido en la lista antiterrorismo”, declara Ranstorp al británico "Independent". Omitamos incluso el hecho de que Mutallab estuviera en las listas antiterrorismo y que hasta su padre lo señalase a las autoridades como un sujeto peligroso. Siempre habrá alguien que dirá que las fallas en la seguridad no derivan de elecciones de organismos desviados, sino de casos de incompetencia y que el terrorista aunque psicolábil sea capaz de meterse en los intersticios de la incompetencia.

Puede ser, pero ciertamente se han incomodado muchos, comenzando por el premio Nobel de la Paz Barack Obama, para amenazar con fuego y llamas y engrandecer el episodio como expresión de una amenaza letal para los Estados Unidos, merecedora de respuestas drásticas.

El senador transversal-neocon Joe Lieberman - en el 2000 candidato a la vicepresidencia en tándem con Al Gore - ha declarado a Fox News que los EE.UU. tienen necesidad de bombardear Yemen sin demora. "Irak fue la Guerra de ayer, Afganistán es la guerra de hoy. Si no actuamos preventivamente Yemen será la Guerra del mañana”. Su tesis según la cual “Yemen es la nueva casa de al-Qaeda” se ha convertido inmediatamente en el mantra de los grandes medios de información. Y al mantra del mainstream anglosajón también ha ido como remolque sin excepciones también el mainstream italiano. ¿Por qué Yemen? Es interesante la tesis que el analista político Webster Tarpley ilustra en Rusia Today.


¿Qué dice Tarpley? Obama ha actualizado el Eje del Mal, en dirección de la entidad Afganistán-Pakistán (AfPak), además de Somalia y de Yemen. En Yemen hay una guerra civil que enfrenta al gobierno central filosaudita con la guerrilla chiíta filoiraní de los Houthi, bombardeada hace poco por nuevos ataques de los Estados Unidos. El objetivo de fondo es alimentar la ya fuerte tensión entre Irán y Arabia Saudita, para debilitar a ambos.

Tarpley señala que los Estados Unidos están reorganizando la "legión árabe" de al-Qaeda (la entidad que tiene desde siempre encima el aliento y los resortes de la CIA), justamente en Yemen. Es una de las formas de vaciar el gulag caribeño de Guantánamo. La nueva agencia de terrorismo sintético es "al-Qaeda en la Península árabe", alias AQAP, una entidad compuesta por chivos expiatorios, locos y fanáticos que rápidamente reivindican la operación de Umar Farouk Abdul Mutallab. El objetivo alcanzado es múltiple: dominar las salidas del Mar Rojo y del Canal de Suez, dar respiro al dólar aún al borde del derrumbamiento a través del usual estímulo del alza del precio del petróleo. De ahí el primer paso: la tensión debe ser incrementada en la península árabe.

En este cuadro, según Tarpley, Mutallab sólo es un muñeco en manos de la comunidad del servicio de inteligencia que ha tramado una provocación que tenía que provocar el máximo impacto con el mínimo esfuerzo. Todo está facilitado por el “sentido común” sobre la entidad al-Qaeda, que ningún redactor, ni ningún político en vista osa desafiar en Occidente. Bajo pena de reabrir la cuestión del verdadero 11/9.

Si al-Qaeda no es una organización ¿entonces qué es verdaderamente? Se dice que es una etiqueta, una clase de logo, una especie de franquicia del terrorismo internacional. Es cómoda para quien la utiliza, pero a menudo es mucho más cómoda para quien – en teoría – la combate. Al Qaeda, para los gobiernos que sostienen estar en guerra con el terrorismo, es un enemigo conveniente para señalar con el dedo a la opinión pública, una coartada puntual para instrumentalizarla con objetivos internos. (Leyes de emergencia cada vez más restrictivas, libertades individuales cada vez más circunscritas). Al-Qaeda aparece tan funcional a muchos gobiernos occidentales. Si no existiese, tendrían el interés de inventarla y evocarla.

La versión italiana de este artículo: aquí (Megachip) y aquí (en esto blog)


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